martes, 27 de noviembre de 2007

SOLAC - Yurackpunko - Huarnicocha - Florida


Esta nueva aventura nos probo una vez mas las distintas realidades
de nuestro país, que existan lugares tan excluidos como los que hemos visitado en la misma Lima nos sorprende y nos regresa a preguntarnos, con frustración, las razones de esa situación.

El viaje comenzó, como es costumbre con la preparación de todos los implementos que íbamos a llevar así como la preparación del equipo. En esta oportunidad volvimos a contar con el generoso apoyo de Miguel Benavides y Sergio Pancorbo además de su ayuda a la hora de elaborar los packs.

Nuestra salida de Lima fue el miércoles 31 de Octubre, después de embarcarnos llegamos a Cañete a la una de la mañana del jueves 1 de noviembre. Debido a problemas técnicos con una de las camionetas que nos había proporcionado la microred de Salud de Cotahuasi, tuvimos que dividirnos. Así un grupo salio a las 3 am a nuestro primer destino: Viñac. El siguiente grupo salio a las 8 am. De Cañete a Viñac son 5 horas de viaje a través de un paisaje sin igual y tranquilizante. El camino no estuvo exento de peripecias, la bomba de gasolina por un lado y un neumático pinchado por el otro nos retratan el mal estado de los caminos.

En Viñac teníamos que dejar la medicina y los implementos médicos que
habíamos llevado. La señorita que estuvo a cargo de la posta médica se porto de mil maravillas y su apoyo fue vital para continuar con el viaje.

Al día siguiente de madrugada salimos a Yurackpunko y a Huarnicocha. De Vinac hacia Yurackpunko son 5 horas de viaje, en una carretera totalmente desolada y en pésimas condiciones. Lastimosamente una de las camionetas nos fallo, no pudiendo ir todo el equipo, Enrico Gaoni y Mellisa Navarro no pudieron acompañarnos, por cuestiones ajenas a su voluntad.

Llegamos a Yurackpunko al medio día siendo George y Maria Paula
se encargaron de distribuir a las familias de esa comunidad. Mientras yo me enrumbe hacia Huarnicocha. Las comunidades eran pequeñas, en promedio entre 15 y 20 familias, las casas eran de piedra y barro, de altura de las casas no excedían el metro y medio, como protección contra el fría, las lagunas que rodean las comunidades le daban un aura de pureza y de tranquilidad que en pocos lugares he podido hallar. Sin embargo la exclusión y la pobreza en la que viven las comunidades es irrisoria, el estado es el gran ausente.
Las poblaciones no piden mas de lo que es su derecho: Inclusión, salud, educación, que se les tome en cuenta.

Desde este pequeño espacio esperamos llamar la atención de los responsables y de las instituciones, hacerles saber que esos lugares existen y que están a la espera de ser escuchados ahora. Tienen proyectos sostenibles interesantes, solo requieren un ayuda para salir adelante.

La comunidad de Yurackpunko tiene la idea de poder hacer piscigranjas, para la explotación de trucha y comercializarla, generando así mayor comercio e intentar mejorar su calidad de vida. Esperemos que este llamado tenga eco y que en una próxima visita a la zona, el paisaje y la tranquilidad se mezcle también con niños sanos, bien alimentados y que la situación de las poblaciones hubiese mejorado también.

Hasta una nueva oportunidad


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